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(Tangamandapio, Michoacán, 19 de mayo, 1962). Nació en la calle Madero, barrio de Arriba, entre la tienda de Pancho Quintero y la Plaza de la Cal.
Es hijo de Luis González Campos, originario del Nopalito, y de Guadalupe González Arroyo, del barrio de Arriba. Estudió en la Escuela Oficial Justo
Sierra hasta el quinto año, donde ahora se encuentra la Casa de la Cultura, y el sexto año en la Escuela Primaria presidente Lázaro Cárdenas, siendo
de las primeras generaciones en estudiar en esa nueva escuela. Estudió la secundaria en la Escuela José Palomares Quiroz (Zamora), en los vehículos
de la familia Cuevas; como el Potro, Sócrates, 33 y Chavindas.
Hasta los 15 años vivió en Tangamandapio, donde disfrutaba de los caldos de res y arroz casero, visitando la plaza en los domingos nocturnos. Creció
viviendo el Vía Crucis de Semana Santa, donde llegó a participar. Ahorraba para poder disfrutar de la fiesta del 25 de julio, mientras en diciembre
acudía a la peregrinación de La Virgen y las posadas; donde los cuadros “vivientes” y los nacimientos en las casas de Celia Robles, Teresa Villanueva
y Lupita Medina, lo maravillaban. Estudió la Preparatoria, la Ingeniería Petrolera y una maestría en la CDMX. A partir de 1985 comenzó su vida laboral.
Aunque desde hace 45 años vive fuera de su pueblo, procura visitar a su familia dos o tres veces al año. Así se nutre de sus raíces y saluda a quienes
lo recuerdan. En el presente es parte del Grupo Lupita Medina Siempre, que junto con otros colectivos, busca mantener, preservar y apuntalar el legado
de la mujer maravillosa de Tangamandapio.
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Junto con mis hermanos, y con recomendaciones de mi hermano Roberto, quien es doctor, organizamos un par de reuniones al aire libre allá en el cerro,
en una de las tierras que heredó mi papá a Daniel, el menor de los diez hermanos. Contratamos una carpa y un servicio de tacos para la comida. Montamos
también mesas suficientes para estar separados. Y pusimos como regla el uso del cubrebocas mientras no estuviéramos comiendo. Todo fluyó muy bien. Se empezó
a ocultar el sol y la temperatura bajó lo suficiente como para usar suéter o chamarra. Enseguida, otro de mis hermanos empezó a juntar algo de leña
y encendió una fogata, momento muy apropiado para sacar los mensajes navideños, recordando los mejores momentos de nuestra familia, y sobre todo de
los tres ángeles que tenemos en el cielo.
Salió el tema del gran esfuerzo de mi padre para comprar vacas y algunas cuantas hectáreas de tierra en El Plan, esa misma tierra donde estábamos reunidos
en ese momento. Salió el tema del amor que se tenían nuestros padres, y que pensaran en tenerle amor a esa misma tierra. Al final decidieron quedarse a
dormir todos los primos mayores.
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Lupita Divina, José Luis González
Lupita Divina |
Testimonial de la vida y obra de Gunadalupe Medina, mujer católica que dio a los demás para vivir. Obra del Grupo Lupita Medina Siempre, Tangamandapio, Michoacán. |
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